Formada en Constantinopla, fijó su carácter desde los comienzos del siglo VI y se sirvió casi exclusivamente del procedimiento al mosaico en muros y cuadritos y de miniaturas sobre pergamino.
La técnica bizantina se caracterizó principalmente por la regularidad en el dibujo, buena composición y excelente manejo del color. Se afirma que este estilo se estancó y llegó a caer en la monotonía.
Las figuras de los personajes se presentan ordinariamente alargadas, en pie y con los brazos en actitud algo movida o llevando algún objeto. La túnica o vestimenta con que aparecen cubiertas suele ofrecer pliegues rectos y paralelos, casi verticales. Pero el manto o capa los presenta más movidos y se recoge sobre el brazo izquierdo de la figura. El continente de las personas se ostenta siempre majestuoso, tranquilo y honesto; su mirada, de frente o a la derecha del espectador; sus ojos, grandes y abiertos; sus pies, pequeños o estrechos y terminados en punta.
Los elementos decorativos de los cuadros o composiciones consisten de ordinario en perlas, cintas, series de joyas, guirnaldas y grecas
El mosaico bizantino ejerció poderosa influencia en la pintura de Occidente hasta llegar al siglo XIII además de ser decisivo su influjo en el Oriente cristiano y de extenderse a Rusia desde el siglo XI
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